Perdidos en la Jerga- 26 de Marzo 2025

 Lucas y Emma, dos amigos de Canadá, viajaban por Latinoamérica con su español básico y mucha confianza. Todo iba bien hasta que llegaron a Argentina.

El primer problema fue en un restaurante. Lucas quiso pedir un jugo de naranja y dijo:

—Quiero un zumo de naranja, por favor.

El mesero lo miró raro.

—¿Un qué?

—Zumo de naranja.

—Ah… ¡un jugo!

Emma intentó ayudar:

—Sí, sí, un jugo… y también queremos una torta.

El mesero se rió.

—¿Para un cumpleaños?

Emma y Lucas se miraron confundidos. Querían un pastel, pero en Argentina "torta" también significa algo diferente.

Más tarde, tomaron un bus y el chofer les dijo:

—Pásenme la plata.

Lucas abrió los ojos con miedo. ¿Lo estaban robando?

 —¡No tenemos plata! —dijo nervioso.

 El chofer se rió.

 —¡Tranquilo! Es para el boleto.

Otro día, en México, Lucas intentó hacer amigos y dijo con entusiasmo:

 —¡Estoy muy embarazado de hablar español!

 Todos se quedaron en silencio. Una chica le dijo:

 —¿Qué?

Emma se tapó la cara.

—Lucas… "embarazado" significa que esperas un bebé.

Todos empezaron a reír y Lucas también.

El viaje continuó con más confusiones, pero al final, aprendieron algo importante: el español cambia mucho en cada país, pero la risa es universal.

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