Un poco de Nostalgía- 24 de Marzo 2025

 Cuando era pequeño, mi barrio era un lugar tranquilo y lleno de vida. Estaba formado por casas con jardines grandes, donde los vecinos solían sentarse en el porche a conversar.

 Las calles eran de tierra y, cuando llovía, se formaban enormes charcos en los que los niños jugábamos sin preocuparnos por ensuciarnos.

Cerca de mi casa había una panadería que siempre olía a pan recién horneado. Todas las mañanas, mi madre me enviaba a comprar el pan, y el dueño, un hombre amable llamado don Manuel, me regalaba una galleta si me portaba bien.

También había una pequeña tienda de abarrotes donde mi abuelo compraba el periódico y yo aprovechaba para pedirle una golosina.

Lo mejor de mi barrio era la plaza central. Allí había un parque con columpios y toboganes donde todos los niños nos reuníamos por las tardes. Organizábamos partidos de fútbol improvisados y a veces jugábamos a las escondidas hasta que nuestras madres nos llamaban para cenar. 

Los fines de semana, algunas familias llevaban comida y hacían pequeños picnics bajo los árboles.

Por las noches, las calles se llenaban de luces cálidas y el sonido de las conversaciones de los vecinos. A veces, mi familia y yo nos sentábamos afuera para disfrutar del aire fresco. La vida en el barrio era sencilla, pero llena de momentos felices que recuerdo con cariño.

Aunque hoy todo ha cambiado y las calles ya no son las mismas, siempre llevaré en mi corazón los recuerdos de aquel barrio que marcó mi infancia.

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